Día 7: ¡El Señor Ha Redimido a Su Siervo Jacobo!

¡Bienvenido al Día 7 de nuestra serie devocional gratuita de 15 días de encuentros sobrenaturales!
Cada día de esta serie tiene tres partes: lee, saber que, y ora. Mientras avanzas a través de esta serie, ¡le he pedido a Dios que seas impactado poderosamente y que el Espíritu Santo te lleve a un nuevo nivel de intimidad con Jesús!
Lee:
Números 9:15-23 (Reina Valera RVR1960):
El día que el tabernáculo fue erigido, la nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del testimonio; y a la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana.
Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego. Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la nube paraba, allí acampaban los hijos de Israel. Al mandato de Jehová los hijos de Israel partían, y al mandato de Jehová acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el tabernáculo, permanecían acampados.
Cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo muchos días, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehová, y no partían. Y cuando la nube estaba sobre el tabernáculo pocos días, al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían. Y cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la mañana, o cuando a la mañana la nube se levantaba, ellos partían; o si había estado un día, y a la noche la nube se levantaba, entonces partían.
O si dos días, o un mes, o un año, mientras la nube se detenía sobre el tabernáculo permaneciendo sobre él, los hijos de Israel seguían acampados, y no se movían; mas cuando ella se alzaba, ellos partían. Al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían, guardando la ordenanza de Jehová como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.“
Amado, el Señor me dio una palabra profética para ti hoy que creo que te va a liberar.
Debes saber que:
Al estudiar y orar mientras escribía esta serie, el Señor me dijo que te dijera: “¡El Señor ha redimido a Su siervo Jacob!”
Esta frase es una cita de Isaías 48: 20-21, que dice:
“¡Salid de Babilonia! ¡Huye de los caldeos! Con voz de canto, declara, proclama esto, pronúncialo hasta el fin de la tierra; diga: ‘¡El Señor ha redimido a Su siervo Jacobo!’ Y no tuvieron sed cuando Él los guió a través de los desiertos; Hizo que las aguas fluyeran de la roca para ellos; Él también partió la roca, y las aguas brotaron.“
¿Quién es Jacobo? TÚ eres Jacobo si:
- Estás llamado a suplantar todo mal con algo bueno. (El nombre “Jacobo” significa “suplantador”.)
- Alguna vez has arruinado algo al elegir alguna cosa mala en lugar de apreciar lo bueno que tenías.
- No recibiste lo que era tuyo, o recibiste menos de lo que debías haber recibido.
- Has sido perseverante por mucho tiempo, incluso frente a la injusticia.
- Has estado en un lugar de cautiverio y encarcelamiento, deseando ser libre.
Ya sea que hayas arruinado tu vida, o no, si encajas en cualquiera de las descripciones anteriores, el Señor quiere que sepas que Él te ha liberado.
El Señor ha cortado los lazos que te ataban, y tu libertad ahora depende de ti. Ahora, Él te está diciendo que salgas de ahí. Él te está diciendo que le creas a Él por un pasaje seguro lejos de la tierra de los caldeos.
¿Quiénes son los caldeos?
Son aquellas personas que pretendían darte su favor y amabilidad – pero es un favor falso que no es lo mejor que el Señor tiene para ti. Los caldeos (conocidos por su astrología) también son los que observan los signos externos y tratan de decirte quién eres.
El Señor ya no quiere que escuches a los caldeos. En cambio, Él quiere que salgas de ahí cantando, yendo hacia el lugar al que tú ya sabes que perteneces.
El Señor te ha provisto de todo lo que has necesitado todo este tiempo. Él te ha alimentado con pan del cielo cuando nadie más te alimentaba. Él ha abierto muros de roca sólida para que Su agua viva pueda derramarse para darte de beber. Él ha suplido todas tus necesidades.
Pero tu libertad depende de ti.
¿Qué harás?
Salid de Babilonia. Huye de los caldeos. Dios mismo te ha liberado, y ahora puedes partir de ahí cantando de alegría con tu voz.
Ora:
“Señor Dios mi Padre, te escucho fuerte y claro. Ayúdame a seguir Tus instrucciones hoy y a adentrarme en la libertad que Tú ya pagaste para que yo tenga. Dame valor, Padre, y ayúdame a seguirte sin patear y resistir en contra de Tu guía.
Gracias Padre. En el nombre de Jesús, amén.”
Al leer las Escrituras claves de hoy acerca de ir siguiendo la gloria de Dios, pregúntate:
- ¿De qué te está llamando Dios a salir?
- ¿A qué te llama Él a que entres?
- ¿Y qué harás para seguir la nube de Su gloria?