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Día 13: 3 Maneras de Permanecer Bajo la Sombra de Dios

15 Días de Encuentros Sobrenaturales | Serie devocional gratis | por Jamie Rohrbaugh | DeSuPresencia.com

¡Bienvenido al Día 13 de nuestra serie devocional gratuita de 15 días de encuentros sobrenaturales!

Cada día de esta serie tiene tres partes: lee, saber que, y ora. Mientras avanzas a través de esta serie, ¡le he pedido a Dios que seas impactado poderosamente y que el Espíritu Santo te lleve a un nuevo nivel de intimidad con Jesús!

Lee:

Salmos 91:1-16 (Reina Valera RVR1960):

El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
Él te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.

Debes saber que:

Toda persona que ha vivido tiene una necesidad profunda e interna de ser cubierta. Incluyéndonos  a ti y a mí.

Como ves, los humanos fueron creados originalmente para ser cubiertos por Dios. No necesitaban ropa ni casas. Vivían en un jardín, y estaban desnudos – pero no les daba pena. No se sentían desnudos.

Pero cuando Adán y Eva cayeron en pecado, perdieron su cobertura y de repente se sintieron avergonzados. Sintieron el impacto y la exposición de su desnudez. Entonces, ¿qué es lo primero que hicieron? Corrieron y se hicieron ropa con hojas.

Luego, cuando Dios apareció, El mató a un animal – derramando sangre inocente – e hizo ropa para ellos con pieles de animales para que pudieran cubrirse.

¿Alguna vez te sientes al descubierto?

No importa si tienes ropa o no. Puedes sentirte desnudo y descubierto con o sin ropa.

Descubierto … expuesto al mundo.

Descubierto … sintiendo los ojos curiosos y juzgones de los que te rodean.

Descubierto … temeroso de quién será el próximo que te va a atacar.

Descubierto.

Expuesto.

No es un sentimiento bonito. Es horrible, y da miedo, y es una afrenta a la seguridad que sabemos que innatamente debiéramos tener.

Pero solo Jesús puede remediarlo.

Como ves, en el Jardín del Edén, Dios derramó sangre inocente para proporcionar una cobertura para Adán y Eva. Esa era una cubierta temporal que solo duraría hasta que la piel se desgastara.

Pero en la cruz del Calvario, nuestro Padre volvió a derramar sangre inocente para proporcionarnos una cubierta que nunca se desgastaría.

En el Calvario, Dios Padre derramó la sangre de Su Hijo Jesús. Sí, esa fue Su voluntad. Sí, Él lo diseñó así. Le agradó al Señor herirlo (Isaías 53:10).

Y como Jesús pagó el precio, ahora podemos tener una cobertura permanente que nos protege:

  • Nos protege de las miradas indiscretas de los demás.
  • Nos protege de preocuparnos por las opiniones de otras personas.
  • Nos protege del daño físico y de peligros.
  • Nos protege de la exposición al mundo y de sentir que estamos a merced de otras personas.

La cobertura de Cristo está disponible para protegerte, en este y en todo momento… SI ES QUE.

Si es que tú moras bajo Su cobertura. Si permaneces en Él. Si vives permanentemente en el lugar secreto con Él.

Como ves, las promesas de Dios son condicionales. Y en el Salmo 91, Dios nos promete absoluta inmunidad contra el peligro. Él promete que triunfaremos sobre nuestros enemigos. Él promete que estaremos a salvo de todo tipo de daños, albergados bajo Su Tabernáculo.

¿Cuál es el pre-requisito para eso? Simplemente esto: que vivamos bajo Su cobertura.

El Salmo 91: 1 dice: “El que habita en el lugar secreto del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso.”

En el hebreo original, la palabra “lugar secreto” significa “una cubierta, cobertura o protección”. Y la palabra “sombra” significa “la sombra”; dando sombra, flotar sobre, criando o encubando”.

Podríamos traducirlo así:

El que habita en la cobertura del Altísimo morará bajo la sombra, bajo el flote del, criado o encubado por el Todopoderoso.”

Eso le da una sensación completamente diferente a este verso, ¿no es así?

Yo no sé tú, pero la traducción literal anterior hace que esta promesa cobre vida en mis sentidos. Si yo habito bajo Su cobertura, sentiré y permaneceré bajo Su sombra y cuidado.

Eso significa:

  • Sentiré constantemente que el Espíritu Santo se acerca y flota sobre mí.
  • Nunca me sentiré sola.
  • Me sentiré seguro y protegido del mundo.
  • Estaré protegido contra daños y peligros de todo tipo.

Y lo mismo para ti. Si tú habitas – vives, permaneces, te la pasas – en la cobertura del Altísimo, te mantendrás bajo Su sombra, Él flotara sobre ti, te criara y cuidara también.

Entonces, ¿cómo te mantienes bajo la sombra de Dios?

A continuación hay 3 formas en que aprendí a hacer esto. Y recuerda, la cobertura de Dios es algo que Jesús ya compró para ti en la cruz. Solo tienes que aprender a caminar en ella, de la misma manera que tienes que aprender a caminar en libertad, gozo y cualquier otra cosa buena.

1. Involucra tus sentidos.

Puedes involucrar tu sentido del tacto para sentir a Dios simplemente al darte cuenta de que Él está en todas partes. Si extiendes la mano y la agitas en el aire frente a ti, acabas de tocar a Dios.

También puedes usar tus oídos.

Cuando yo empecé a aprender a vivir bajo la cobertura de Dios, compré un CD de música de John Paul Jackson llamado “YO SOY: 365 Nombres de Dios”.

Repetí el CD constantemente durante meses, imaginando el sonido de los latidos del corazón de Dios Padre. (El ritmo del tambor en el CD tiene la intención de imitar un latido del corazón, mostrándonos el corazón de Dios latiendo por nosotros). Involucrar mis oídos de esa manera me ayudó a sentir la cercanía del Padre.

De inmediato, también noté que los sonidos de adoración en este CD en realidad son una  réplica de los de la tierra.

Por ejemplo, ocasionalmente hay un sonido metálico en el CD “I Am”. Es muy etéreo y lleno de adoración. Un día conducía por un patio de ferrocarril mientras escuchaba el CD y escuché a los trenes hacer exactamente el mismo sonido.

Cuando escuché eso, me asusté. Me di cuenta de que la materia terrenal en sí misma – los mismos átomos que formaban el metal de los trenes – estaban clamando en adoración a Dios. Y eso me impactó.

Puedes captar tu sentido del olfato para notar la presencia de Dios contigo al oler cosas que la Biblia dice que huele a Jesús. Por ejemplo, Él es la Rosa de Sharon. Ve a oler unas rosas, y conoce que éste es Su olor.

Solo sigue haciendo esto con todos tus sentidos. Todos tus sentidos fueron hechos para ayudarte a conectarte con Dios. Todo acerca de ti es Suyo, así que sintonízate y concéntrate en Él siempre. 

2. Aprende a obedecer para no contristar al Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es una Persona. Él tiene sentimientos. De hecho, Él es muy sensible! Y cuando lo desobedecemos, no solo es pecado (porque Él es Dios, así que estamos desobedeciendo a Dios), sino que también Lo entristece.

Y ya que Él es el que nos cubre con Su sombra y cuida de nosotros, obstaculizamos su capacidad para hacerlo cuando Lo hemos afligido con nuestro propio pecado.

¿Cuál es la solución? Aprende a honrarlo por encima de todo y obedécele.

Como lo enseña Bill Johnson, líder principal de la Iglesia Bethel en Redding, California, debemos tratar al Espíritu Santo como si fuera una paloma sentada literalmente sobre nuestro hombro–y no queremos asustarlo y hacer que se vaya. Si nos los imaginamos a Él como una paloma en nuestro hombro, cada movimiento que hagamos se hará con La Paloma en mente.

Yo no he perfeccionado esto todavía, y estoy segura de que ninguno de nosotros lo ha hecho. Pero cuanto más crecemos en él, más nos acercamos a Dios – ¡y permaneceremos más cerca de Dios!

¿Cómo aprendemos a obedecerle? Al enfocarse en Jesús, que es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. A medida que aprendemos a enfocar nuestra mirada en Jesús, el pecado se vuelve cada vez menos una tentación. Ganamos una magnífica obsesión con el Hijo de Dios, y Él nos quita el pecado de nosotros.

3. Guarda la Palabra de Dios en tu corazón.

La gente a veces me pregunta cómo es que siento tanto a Dios. Es porque siempre lo escucho hablar – y siempre lo escucho hablar porque me he esforzado por guardar Su Palabra en mi corazón.

Guardar la Palabra de Dios en tu corazón no es un proceso que sucede de la noche a la mañana, ¡pero si puedes comenzar de la noche a la mañana! ¡Puedes empezar ahora mismo! Eso sucede leyendo, estudiando, recordando y obedeciendo una frase a la vez.

Ni siquiera tienes que hacer esto por ti mismo. Solo pídele al Espíritu Santo que te ayude.

Cada vez que abro mi Biblia, le pido al Espíritu Santo que me ayude a entender y recordar lo que leo. Sin Su ayuda, no podría concentrarme ni recordar.

Pero tan pronto como le pido Su ayuda, Él me enfoca con precisión láser y mi tiempo con Él simplemente FLUYE. Y tú puedes hacer lo mismo.

Si escondes la Palabra de Dios en tu corazón, aprendes a obedecer y ocupas tus sentidos, te encontrarás morando en Su lugar secreto.

Ni siquiera tendrás que esperar hasta que perfecciones estas cosas.

¡Y qué bueno, porque ninguno de nosotros es perfecto en estas cosas! Pero todo esfuerzo que hagas para inclinar tu mente y tus sentidos hacia Su presencia dará frutos. Te encontrarás morando en Su presencia más y más después de cada momento adicional que pases enfocándote en Él.

¿Quieres esto?

Ora conmigo:

“Padre Celestial, en el nombre de Jesús, reconozco a Tu Hijo Jesús como mi Salvador y El que quita mi pecado. Gracias por perdonarme y por cubrirme con Tu Sangre, Jesús.

Dios Padre, deseo morar en Tu lugar secreto hoy. Elijo permanecer debajo de Tu sombra y bajo Tu cobertura.

Así que, Padre, en el nombre de Jesús, ayúdame a sintonizar mis sentidos contigo. Ayúdame a escuchar Tu voz y obedecerte. Ayúdame a ser consciente de Ti en todo momento, honrarte y honrar Tu presencia en todo lo que hago. Gracias Padre. En el nombre de Jesús, amén.”

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