Día 4: Vuélvete a Jesús
¡Bienvenido a 21 días de Esperanza y Sanidad!
Esta serie es una secuencia muy simple de versículos bíblicos y puntos de oración que puedes orar para caminar durante un período de 21 días de descanso, refrescante, desintoxicación del estrés y reposición espiritual.
Cada día de esta serie tiene solo dos partes: un versículo para leer y un conjunto de sugerencias de oración con viñetas muy simples que puedes orar a partir de ese versículo para pedirle al Señor que te sane y te refresque. Esta serie está diseñada para ayudarte a orar por esperanza y sanidad en tu cuerpo, alma y espíritu. ¡Los tres son igualmente importantes!
Aquí está el Día 4 de Esperanza y Sanidad:
Medita en este versículo de la Biblia:
Mateo 11: 28-30: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Carguen con Mi yugo y aprendan de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Mi yugo es fácil y ligera mi carga.”
Y ora esto:
- Pídele a tu Padre Celestial que te ayude a hacer de Jesús la primera persona a la que recurras para descansar y sentirte cómodo, en lugar de recurrir a amigos, comida u otras fuentes externas de consuelo.
- Pídele a Jesús que te dé descanso.
- Pídele a Jesús que específicamente te dé descanso a tu mente de tus pensamientos cansados, fritos y estresados.
- Pídele a Jesús específicamente que te dé descanso a tu cuerpo; que tu cuerpo libere el estrés al que ha estado sometido y que se lo dé a Él, y que Él lo tome y evite que ese estrés te enferme o afecte a tu cuerpo.
- Pídele a Jesús que te dé descanso en tu espíritu.
- Pídele que te ayude a tener comunión con El y que dejes a un lado todas tus cargas, preocupaciones y trabajos por un tiempo para simplemente descansar.
- Pídele a Jesús que te refresque en Su voluntad, en Su capacidad para tomar decisiones que sean santas, saludables, con propósito, alineadas con las prioridades correctas y relajantes.
- Pídele que te ayude a escuchar, prestar atención y recibir Sus enseñanzas, y que las obedezcas todas.
Como recordatorio, ora siempre en todas las formas en que el Señor te guíe. El Espíritu Santo es tu intercesor (Romanos 8), y Él te ayudará a orar exactamente como Él quiere que lo hagas.
Así que usa tus propias palabras; pídele al Espíritu Santo que te ayude; ¡y simplemente recibe de Él mientras Él ora a través de ti el corazón del Padre!
¡Nos vemos mañana para el día 5!