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Día 5: Libérate del Lavado de Cerebro

15 Días de Encuentros Sobrenaturales | Serie devocional gratis | por Jamie Rohrbaugh | DeSuPresencia.com

¡Bienvenido al Día 5 de nuestra serie devocional gratuita de 15 días de encuentros sobrenaturales!

Cada día de esta serie tiene tres partes: lee, saber que, y ora. Mientras avanzas a través de esta serie, ¡le he pedido a Dios que seas impactado poderosamente y que el Espíritu Santo te lleve a un nuevo nivel de intimidad con Jesús!

Lee:

Juan 8:31-32 (Reina Valera RVR1960):

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: ‘Si vosotros permaneciereis en Mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.'”

Debes saber que:

En cada viaje del Reino, habrá múltiples momentos de decisión en los que debemos enfrentar la verdad.

A veces esto es difícil de hacer. Puede ser difícil porque:

  • Las decisiones pueden ser difíciles; o
  • Puede que tengamos que negar nuestra carne; o
  • No queremos decepcionar a otras personas.

Pero…

La verdad puede ser difícil porque, de vez en cuando, mejor preferimos la mentira.

  • Preferimos mentiras que nos dicen que todo está bien.
  • Preferimos mentiras que nos dicen que no tenemos que cambiar; que Dios lo tiene en Sus manos, sin requerir ninguna acción de nuestra parte.
  • Incluso preferimos las mentiras que nos dicen que tenemos razón, a pesar de que tanto la Palabra de Dios, la sabiduría y el consejo sabio, nos dicen lo contrario.

Nos gustan las mentiras a veces… y esto es algo muy triste.

A veces, internamente creemos mentiras y, por supuesto, necesitamos ser liberados de esas mentiras. ¡Tenemos que creer la verdad de Dios sobre nosotros mismos y nuestras vidas! Pero también debemos recordar que a veces las personas también nos mienten acerca de cosas fuera de nuestros corazones. Y para vivir y caminar en la libertad que Cristo murió para darnos, debemos reconocer la verdad en cada situación.

A Jesús le gusta la verdad en todos los sentidos. Después de todo, Él es LA Verdad.

Juan 14: 6 dice:

“Jesús le dijo: ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre, sino por Mí.'”

Y cuando Jesús dijo eso, no le puso un calificativo. Él no dijo que Él es la Verdad acerca de ti nada más. Él no dijo que Él es la Verdad acerca de Él mismo únicamente. Él simplemente dijo que Él es la Verdad.

Y como Jesús es La Verdad, podemos deducir que Él quiere que caminemos con pleno conocimiento de la verdad acerca de todo. Sin embargo, si debemos obedecer a Dios y caminar en la verdad, no podemos escuchar a algo que nos lave el cerebro. No podemos permitirnos pensar nada que no coincida con la Palabra de Dios acerca cualquier situación.

Lamentablemente, a veces la gente te mentirá. Hay gente que tratará de engañarte y lavarte el cerebro. Tratarán de hacerte creer lo que ellos quieren que creas. Intentarán manipularte y controlarte.

Ejemplos de convencimiento a través de un lavado de cerebro incluyen:

  • Tu novio te dice que te ama y que no te volverá a golpear… así que quiere que te quedes con él.
  • Te estas acostando con alguien y crees que se va a casar contigo, porque sigue diciendo que lo hará… pero en realidad solo te está usando para el sexo.
  • La gente te dice que aceptes cualquier cosa que escuches de una determinada persona como si fuera verdad porque, después de todo, esa determinada persona tiene X título o estatus (o tiene un programa en X canal de TV).
  • La gente te dice que Dios lo resolverá todo y que no tienes que hacer nada. (Ejemplo: cuando has estado orando por mucho tiempo y no se ha logrado ningún avance, probablemente es porque Dios está esperando que TÚ hagas algo).
  • La gente te dice que no está bien que te des cuenta si algo está mal con alguna situación.

El lavado de cerebro puede ocurrir en los negocios; en política; en las iglesias; en las amistades; en matrimonio; y en cualquier otra situación que se te ocurra.

Pero si quieres ser libre, no puedes aceptar ningún lavado de cerebro. Debes ver las cosas como realmente son.

Y a veces esto requiere que echemos un vistazo a la realidad, inspirado por el Espíritu Santo.

Mirar la realidad no es difícil de hacer; solo tenemos que estar dispuestos. Pero una vez que estamos dispuestos, por lo general es bastante fácil ver la realidad, porque el Espíritu Santo nos ha estado mostrando cosas durante mucho tiempo antes de que lleguemos a admitirlo. Y entonces, tan pronto como nos rendimos a Él lo suficiente como para abrir nuestros ojos, la verdad nos mira a la cara.

  • A veces es la verdad sobre una relación de la que necesitamos deshacernos hoy.
  • A veces es la verdad sobre un límite que tenemos que poner.
  • A veces es la verdad acerca de una acción que debemos tomar – sin la cual no cambiará nada, mis amados.

Puedo nombrar mil situaciones que requieren que echemos un buen y prolongado vistazo a la verdad. Pero lo más importante es que, te apuesto a que tú también puedes.

¿Qué verdad te ha estado agitando desde el fondo de tu mente, pero que no has querido reconocer últimamente?

El Espíritu Santo está sobre todos nosotros, y Él es el Espíritu de la Verdad. Juan 16:13 dice:

“Sin embargo, cuando venga el Espíritu de verdad, Él te guiará a toda verdad; porque no hablará por su propia autoridad, pero todo lo que oiga, hablará; y te dirá cosas por venir.”

El rol del Espíritu Santo es guiarnos a cada uno de nosotros en toda verdad. Él siempre está enfocado en su trabajo, también. Siempre trabajando. Y entonces, ¿qué te está diciendo Él?

Más importante aún, ¿qué es lo que Él te ha estado diciendo que no has estado dispuesto a escuchar?

Sea lo que sea, es hora de ponerse serio con Dios al respecto, hoy. Es hora de dejar de permitir el lavado de cerebro del diablo, el lavado de cerebro de otras personas o el lavado de cerebro de la cultura. Es hora de seguir a Dios, y solo a Dios, para que puedas ser libre

Ora:

“Padre celestial, en el nombre de Jesús, gracias por tu Santo Espíritu de verdad que vive en mí.

Padre, confieso que he estado sintiendo al Espíritu Santo convenciéndome de la verdad en ésta situación ______. Pero no he querido escuchar.

Padre, por favor, perdóname por cerrar mis oídos a tu voz. Por favor, perdóname por ignorarte y por desobedecerte.

Elijo obedecerte ahora, Padre. Elijo escuchar y admitir que escucho lo que me estás diciendo. Recibo tu guía y tu corrección, y decido seguirte ahora. Por favor, ayúdame a hacer lo que me estás diciendo que haga hoy mismo.

Gracias Padre. En el nombre de Jesús, amén.”

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