La Solución al Miedo (Parte 2): Cómo Superar la Timidez
Te compartí en La solución al miedo (Parte 1): Cómo Dios me libró del miedo; yo solía ser muy miedosa. Temía especialmente a la gente; era muy tímida y no sabía cómo acercarme a la gente.
Pero Dios ha cambiado mi corazón y ya no soy tímida. Ahora realmente amo a la gente. En este post, te voy a compartir mi historia sobre cómo vencer la timidez para que puedas tener amistades verdaderas, de pacto y amar a la gente de la manera en que Dios nos llama a amarlos.
El miedo a las personas afecta a muchos cristianos de maneras diferentes:
- Tal vez deseas tener más amigos, pero no sabes con quién hablar o cómo iniciar una conversación. Y entonces siempre te sientas solo en el almuerzo, en el trabajo o a todos los lugares a los que vayas, siempre solo.
- Tal vez tu iglesia tiene un equipo de evangelismo dentro de la ciudad, y realmente te sientes llamado a ese ministerio; pero eres tímido y no te imaginas hablando con la gente. Así que sientes que estás perdiendo en el llamado de tu vida.
- Tal vez sabes que alguien está sufriendo, pero te sientes demasiado intimidado por el tamaño de su problema como para tratar de ayudarlo. Quieres ayudar, pero sientes que no tienes nada que ofrecer.
¿Suena familiar? Ya me lo imaginaba. Yo he tratado con todas estas manifestaciones de miedo también. Y cada uno de estos, mis queridos lectores, son trucos del enemigo. Pero tú puedes ser totalmente libre de todo eso.
De veras:
Tú puedes vencer el miedo completamente y en CADA UNA de sus manifestaciones. Eso significa que también puedes superar la timidez. Si HAY solución.
¿Te gustaría saber cómo superar la timidez, para poder ser una voz de luz y esperanza en todos lados? Aquí está el como:
Primero Juan 4:18 dice:
“No hay miedo en el amor; pero el amor perfecto expulsa el miedo, porque el miedo implica tormento. Pero el que teme no ha sido perfeccionado en el amor”.
La timidez es solo miedo. Es el miedo a la gente; miedo al rechazo; temor a las opiniones de la gente. Y el amor perfecto de Dios es el antídoto contra el miedo. Siendo lleno del amor perfecto de Dios por ti mismo y por los demás es cómo tú superas tu timidez.
Aquí está el cómo Dios me ayudó a superar la timidez, y cómo Él también te ayudará a ti:
Primero: Asegúrate de saber cómo recibir el amor de Dios para ti primero.
Cuando era muy, muy tímida, no podía acercarme a las personas porque temía que me rechazaran. Y su rechazo me importaba. Lo que otras personas pensaban que importaba.
Pero después de que recibí el amor de Dios para mí misma, (cuando de veras, realmente lo recibí) me sentí amada en mi corazón, dejó de importarme que la gente me pudiera rechazar. La clave fue recibir el amor de Dios, de modo que mi sentido de autoestima no dependía de si otras personas me recibieran o no.
No puedes ministrar amor a otras personas si no lo tienes sólidamente en tu propio corazón. ¡No puedes ministrar a otros nada, nunca, que tú mismo no tienes!
Entonces, si necesitas recibir el amor de Dios, haz que Su amor sea tu proyecto favorito hasta que lo tengas y lo tengas bien:
- Usa tu santa imaginación para imaginarte llenándote con su amor, como lo hice en este post cuando Dios me libró de los ataques de pánico.
- Usa los cinco lenguajes del amor de Dios para comenzar a notar cómo Dios te demuestra Su amor por ti todos los días.
- Medita siempre en el amor de Dios por ti. Fríete en él. Piénsalo siempre.
- Dale gracias por amarte. (¡Agradécele a Dios por las cosas te ayuda a recibir!)
El amor de Dios es la clave de todo. Pero debes recibirlo sólidamente como una roca en tu propio corazón antes de que se te haga fácil superar la timidez y concentrarte en otras personas.
Segundo: Pídele a Dios que te ayude a amar a las personas de la manera que Él lo hace …
… y a verlas como Él las ve.
Antes de ser salva, yo odiaba a la gente. Fui atacada e intimidada mucho cuando era adolescente, y como resultado de eso, me volví muy cínica, odiosa y mala.
Después de ser salva, yo ya no quería ser cruel, pero no podía cambiar. Entonces le pedí a Dios que me cambiara:
- Le pedí a Él que me ayudara a ver a las personas de la manera en que Él las ve.
- Le pedí que me ayudara a amar a la gente de la manera que Él los ama.
Tomó tiempo, pero Él contestó esas oraciones. Ahora veo el tesoro en la gente. Tengo la capacidad de hablar y ministrar a otros del amor perfecto de Dios por ellos.
Si todavía no ves a la gente con los ojos de Dios, pídele que te ayude a hacerlo. Hasta que no mires a alguien con Sus ojos, no sentirás Su compasión por ellos. Y es la compasión la que te mueve a preferir las necesidades de los demás por encima de las tuyas:
- Es la compasión la que te mueve a levantar la carita de los que lloran.
- Es la compasión que te mueve a secar las lágrimas de los que tienen pesadez de corazón.
- Y es la compasión que de repente hace que las tristezas de los demás sean más importantes que tu timidez.
Una y otra vez en los Evangelios, los escritores describen los milagros de Jesús comenzando con: “Y Jesús se conmovió con compasión, y Él…” (Sanó a los enfermos, resucitó a los muertos, expulsó demonios, etc.). La compasión de Jesús por la gente lo conmovió, y esa compasión provino del propio corazón de Dios de amor por los demás.
Amar a la gente de la manera en que Dios los ama es el trabajo de cada cristiano, y Dios te dará Su amor por la gente si se lo pides.
Tercero:
Date cuenta de que las personas están sufriendo y necesitan el amor de Dios, y tú puedes ser las manos y los pies de Jesús.
Lo único que la gente quiere es ser amada. Nunca sabes dónde han estado, qué está pasando en sus vidas o cuando están sufriendo.
Como uno de los líderes de oración intercesora de mi iglesia, tengo el privilegio de orar por muchas personas en persona, personas que no conozco y que nunca antes había visto. ¿Y sabes cuál es la mayor necesidad que he visto hasta ahora? ¿La única necesidad que veo una y otra vez en casi todas las personas que vienen a mí para orar?
Simplemente esto:
La gente sufre y no se sienten amadas. Necesitan saber que tienen un Padre en el cielo cuyo corazón late por ellos y que no están solos.
Piensa eso por un minuto. Deja que Dios rompa tu corazón por las personas con esas dos oraciones.
La gente necesita amor. Cada persona a tu alrededor necesita amor.
Y a menos de que sepas que ya están establecidos y firmes en Dios y que reciben el amor de Dios directamente, pero si no, te aseguro que tienen una necesidad desesperante de sentirse amados… porque el mundo no lo puede satisfacer.
Pero podemos ser las manos y los pies de Jesús. Tú y yo podemos ministrar amor a las personas en nombre de nuestro Señor, y el Espíritu Santo ministrará profundamente a los corazones de las personas cuando lo hagamos.
Entonces, ¿qué puedes hacer hoy para amar a alguien?
Mostrar amor no tiene por qué ser difícil o vergonzoso. Aquí hay algunas formas prácticas de amar a las personas si recién estás comenzando:
- Darle un cumplido a alguien por su atuendo o sus zapatos.
- Sonríe, aunque te rías nada más contigo misma. Tu sonrisa puede alegrar tu mundo.
- Abrazar a alguien que necesita un abrazo.
- Pregúntale a alguien cómo están y escucha la respuesta.
- Corta una flor de tu jardín y llévasela a alguien en el trabajo.
- Lleva donas o panecillos a tu oficina.
- Si sabes que alguien está lidiando con una situación difícil, pregúntale cómo va esa situación.
A todo el mundo les encanta hablar de ellos mismos, y la mayoría de las personas disfrutan de la atención de alguien a quien realmente le importe. No es porque sean egocéntricos o egoístas; sino porque todos necesitamos amor y afecto.
Así que haz preguntas! ¡Dá halagos! ¡Acércate! ¡Haz un esfuerzo! Y que tus interacciones con los demás sean con enfoque en ELLOS, no en ti.
Y si así lo deseas, TÚ puedes ser el que muestre el amor de Jesús a alguien que lo necesita.
Así que, en pocas palabras, aquí está el cómo superar la timidez:
Si aprendes a amar a las personas y concentras todas tus acciones en alentar y amar a las personas que te rodean, ya no serás tímido.
Es así de simple. No te es posible seguir siendo tímido o temeroso de las personas cuando en lo único que piensas es en cuánto ama Dios a esa otra persona. No te es posible continuar siendo tímido cuando todo lo que quieres es alegrarle el día a alguien.
Cuando te vistes con el amor perfecto de Dios, primero para ti y luego para los demás, todo el miedo se va
¿Te confirmó algo en tu corazón este mensaje? Si es así, por favor deja un comentario abajo. Me encantaría saber de ti!
Ciertamente su experiencia es muy agradable para mi me identifico tanto con su vivencia ya que actualmente llevo 12 para 13 años en el evangelio y aun asi siento miedo y timidez. Oro y lloro cada dia
Por esta timidez y temor he tratado de poder ser mas comunicativa pero realmente no me a servido de nada a tal punto que me da frustración y coraje conmigo misma. Gracias